Después de mucho pensar, decidí estrenar este blog con un tema que creo que es el punto de partida de los consecuentes: la imagen.
¿Cuántas veces hemos oído el famoso proverbio chino “una imagen vale más que mil palabras”?. Anita Roddick, fundadora de la compañía de cosméticos deThe Body Shop, dijo en una entrevista “En algún momento la sociedad perdió el rumbo. Decidimos que el aspecto de una persona tenía más importancia que quién es esa persona”. La verdad es que, la gente, nos guste o no, suele juzgar mucho a partir de una primera impresión, sea para una amistad, para un trabajo, o para una relación amorosa. Cuando una persona se presenta a la vista de otros, mucho antes de pronunciar una sola palabra ha transmitido ya a los demás una infinidad de datos e ideas. Según los especialistas, los primeros diez segundos es el tiempo en el cual se crea una fuerte impresión y entre treinta y cinco minutos es el período más crítico en el primer encuentro entre dos personas. Las impresiones formadas en ese tiempo tenderán a persistir y el comportamiento posterior del personaje será interpretado según las primeras valoraciones. Los primeros segundos de contacto se convierten en una prueba fundamental para mostrar quién eres y qué defiendes. ¡No hay una segunda oportunidad!; la primera impresión que nos causan las personas o la que transmitimos es decisiva, se convierte en un prejuicio difícil de modificar. Yo, personalmente he experimentado esta sensación de ambos lados. He asociado con normalidad la imagen de alguien con ciertos juicios y valores y a veces también he notado haber pasado por un “escáner” similar.
No existe un “patrón” que se pueda utilizar para agradar a los demás, ya que sobre gustos no hay nada escrito, cada persona tiene su propio estilo. Sin embargo, sí existen algunas “guías” que se consideran políticamente correctas y dados por la sociedad como “buenas”. Dichos modelos, hacen referencia al saludo, a la indumentaria, al lenguaje corporal y al tono de voz. Estos cuatro elementos harán que los demás nos adjetiven de una forma u otra. Los primeros segundos de un encuentro, el otro sujeto se fijará en nuestro saludo luego en la indumentaria y los siguientes minutos en el lenguaje corporal y el verbal.
Más adelante profundizaremos estos temas pero en un principio para “dar buena primera impresión” es recomendable cuidar nuestro aspecto y esto se refiere a la higiene; ser cordial y amistoso en el saludo, en la mirada y en los gestos. El lenguaje corporal puede reforzar o contradecir el mensaje verbal, por lo tanto, para resultar coherente tenemos que cuidar que coincidan. Habrá que expresarse con eficacia pero nunca esforzarnos en hablar como la persona que no somos. Uno puede dar una muy buena primera impresión mostrando lo mejor de sí mismo. Y, por último, como muchos expertos recomiendan, sonreír. Dicen que la mirada es el espejo del alma, entonces intentemos sonreír esos primeros 5 minutos críticos (no reír a carcajada). Si estamos tristes, nerviosos o aburridos, ese sentimiento podremos “ocultarlo” de alguna forma a través de la sonrisa. El sonreír no solo cambia la expresión de la cara, sino que también hace que el cerebro produzca endorfinas que reducen el dolor físico y emocional y proveen una sensación de bienestar. Dice un proverbio escocés: “La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.”
Bueno, ya sabéis, ¡a sonreír! y...
"Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes"(Confusio)
Hola a todos, en primer lugar quiero dar la enhorabuena a Carmen por este blog, ya que me parece bastante interesante porque generalmente todos hemos oído sobre el tema, pero poca gente se pone a indagar y a "aprender" de verdad.
ResponderEliminarRespecto al tema, creo que llevas razón en cuanto a que el protocolo es esencial en la vida diaria, y también es cierto que los primeros minutos cuando interactúas por primera vez con alguien son importantes. Por otro lado, no soy una experta en el tema, pero mi experiencia me dice que en muchas ocasiones las primeras impresiones no siempre son ciertas, es decir, en el ámbito laboral son esenciales porque solo dispones de unos minutos en una entrevista, pero en el ámbito social es diferente, tienes más tiempo (puedes volver a quedar con esa persona), influye tu estado de ánimo, además eres más tú mismo (ya que no tienes la presión de conseguir el trabajo), etc.
Bueno, espero que tenga éxito este blog, ¡mucha suerte!
Un saludo.
Querida Fani:
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tus ánimos que me transmites!Referente a que las primeras impresiones no son ciertas tienes toda la razón, más de una vez nos equivocamos al juzgar las personas por su físico, su ropa o simplemente por sus expresión facial que puede dar la casualidad de que en el momento de conocerla puede estar cansada o nerviosa, etc. Éso puede influir mucho en el trato. La idea es, como dije, "aprender a maquillar" esos sentimientos de alguna forma para que no influyan en la "primera impresión". Está claro que hay ciertas situaciones, como por ejemplo entre amigos, en las que no te apetece ni maquillar, ni esconder lo que en ese momento sientas pero sí hay situaciones en la que, por desgracia, si no le pones dos capas de make-up como mínimo a tu imagen arriesgas a que seas visto por un periodo largo de tiempo tal y como reflejaste en esos primeros 5 minutos críticos.
Un abrazo.
Carmen Loliceru